Qué pasará con las oficinas luego de la pandemia?
Cómo el concepto de hubs & clubs puede ayudar a decidir qué hacer con las oficinas.
Estamos en las siguientes fases de una pandemia que ha traído muchos cambios a nivel laboral, así como mucha preocupación y preguntas relacionadas con las formas de trabajar. Y en temas de bienes raíces: ¿Qué pasará con las oficinas? ¿El trabajo remoto será la norma? ¿Cómo cambiará el trabajo? ¿Es necesario invertir en mejorar el trabajo remoto? ¿Qué pasará con las oficinas? ¿Dejarán de existir?
Como consultores especializados en espacios de oficina, nuevas formas de trabajo y optimización del uso de espacios, todas están consultas nos llegan muy de cerca. Si bien desde hace algunos años hemos observado diferentes tendencias en cuanto a cómo cambiarían las oficinas y habíamos empezado a imaginar el futuro del trabajo, la situación actual representa una metamorfosis. En ciertos aspectos sobre el futuro del trabajo ha sido un cambio novedoso (por ejemplo, el foco en la salud y prevención de contagios) y, en otros, representa un avance que en otro contexto hubiese tomado años en desenvolverse (la adopción del trabajo remoto). Esto nos ha llevado a repensar la consultoría en espacios de trabajo intentando integrar todos estos cambios y reformular la ecuación que define las variables a tener en cuenta para lograr un balance óptimo y así alcanzar lo que para cada empresa representa su modelo de “oficina ideal”.
¿Qué pasará con las oficinas?
Antes de la pandemia, había muchas razones para estar en la oficina. La colaboración programada y reuniones espontáneas; la oportunidad de socializar e interactuar con compañeros y amigos, el compartir victorias, celebraciones y cumpleaños; tener algunos minutos de conversación informal o un almuerzo prolongado. El sentirnos unidos y que pertenecemos a una comunidad.
En otros casos, ir a la oficina era simplemente un requisito, una prueba de que estábamos atendiendo a nuestras responsabilidades y tareas. A veces, esa demanda de tiempo presencial era la norma para empresas que no estaban dispuestas a permitir el trabajo en casa o remoto. A veces era cultural, la sensación de que es necesario estar juntos bajo un mismo techo para realizar las actividades.
Entonces, ¿Desaparecerán las oficinas? Muchos trabajadores querían tener una vida laboral más flexible para equilibrarla con la vida personal y sus responsabilidades. Ahora las reglas han cambiado dramáticamente, forzados a trabajar desde casa repentinamente y durante un tiempo prolongados, muchos ex trabajadores de oficina se están dando cuenta de que realmente hay cosas que extrañan de las mismas.
El punto clave es que las oficinas no van a desaparecer, pero, sin embargo, no van a ser las mismas. Tampoco el trabajo remoto va a dejar de existir y todos vamos a volver a la oficina como si nada hubiese sucedido.
En este preciso momento, empresas de todo el mundo y de todas las industrias están preguntándose qué significa "la oficina" para sus empleados, para su negocio, para su cultura: cuál debería ser para ellos su modelo de oficina ideal. Para ello, creemos que es necesario reinventarlas, re imaginarlas y redefinir su uso. Repensar qué tipos de espacios son obligatorios en la oficina en base a las actividades realizadas.
Si bien el trabajo remoto no va a desaparecer, por el contrario, va a mantenerse para muchos trabajadores, es importante aceptar el hecho de que las eternas reuniones en Teams y Zoom son pobres sustitos de la interacción humana. Las personas seguirán necesitando lugares donde puedan reunirse, conectarse, construir relaciones y desarrollar sus carreras de una forma diferente a la realizada antes de la pandemia.
Tomando como base esta idea de que lo que perdemos de las oficinas es la oportunidad de socializar con compañeros y clientes, identificarnos con nuestros equipos y no perder el momentum de ideas e innovación, desde JLL visualizamos el futuro de las mismas bajo un modelo que denominamos: Hubs & Clubs.
Hubs & clubs o cómo serán las oficinas en un futuro cercano
Usando la metáfora de “club” como un espacio ecléctico, con privacidad, cierta exclusividad y cuyo final objetivo es el encuentro; estos “clubs” son lugares de unión, donde se llevan a cabo reuniones internas y con clientes. Se caracterizarían por tener una ubicación central y representan las casas matrices de una empresa, así como priorizan los espacios colaborativos, multi-funcionales y orientados a incentivar el trabajo en equipo en deferencia a las antiguas jornadas de trabajo individual.
El diseño se caracterizaría por buscar la interacción social, apoyar el aprendizaje y el intercambio de conocimientos, mientras promueven la marca de una empresa y su identidad. Espacios como áreas para lluvia de ideas, áreas colaborativas tipo living rooms para reuniones con clientes, ágoras y espacios flexibles y reconfigurables, que incentiven las instancias de team bonding son algunos ejemplos de los tipos de espacios que las empresas incluirán en sus futuros “clubs”
Los “hubs”, cuya traducción en castellano podría ser “nodos”, son espacios alternativos para que los empleados utilicen dentro de las opciones que les ofrece un nuevo modelo de trabajo en donde el foco está puesto en la elección. Los nodos ofrecen la oportunidad de salir de casa y volver a la oficina, sin ir necesariamente a las casas matrices. Pueden estar ubicados fuera de las zonas céntricas o comerciales o pueden ser espacios tipo coworking. Estos “hubs” ofrecen variedad de espacios para trabajar en forma individual con el mismo confort y ergonomía que encontramos en las oficinas principales. Al mismo tiempo, son espacios que se ubican cerca de los hogares de los empleados y que evitan los tiempos de traslados, muchas veces eternos en ciudades como Bogotá, Lima o Ciudad de México.
Para el caso de América Latina, este nuevo modelo de trabajo se presenta como una opción más que favorable para acelerar el futuro de las oficinas en la región. Si bien existen muchos desafíos a corto y mediano plazo, el modelo trae consigo muchos beneficios. Entre los últimos encontramos la aceleración del trabajo remoto, que conlleva un incremento en la satisfacción de los empleados y en el balance entre la vida laboral y la personal; Con respecto a los desafíos, cada empresa deberá considerar las regulaciones locales de su país con respecto a ley de tele-trabajo. Asimismo, deberá tener en cuenta que cada empleado es diferente, y por ende sus necesidades también lo son. Habrá quienes por cuestiones físicas y espaciales (escasez de luz natural, espacios pequeños) no podrán trabajar desde sus casas en forma recurrente y otros que, por su rol o tareas, deberán desempeñar su función desde la oficina. Por otro lado, en muchos países la red de espacios flexibles se encuentra en desarrollo, con lo cual la cercanía de los empleados a esta opción puede resultar un desafío en el corto plazo. La clave en este sentido, y el primer paso, es ir a una cultura más flexible donde se considere la posibilidad de trabajar en otros espacios más allá de la oficina: cafeterías, librerías, bibliotecas, entre otros, lo que se conoce como “el tercer espacio”.
Tal vez cuando decidamos regresar a la oficina será en términos nuevos y mucho más flexibles, y con un reconocimiento renovado por las opciones únicas que la misma tendrá para ofrecer. Lo que podemos aprender de esta experiencia y al comparar la vida pre – pandemia, es que el objetivo debe ser el mismo, pero ahora con un efecto reforzado: buscar experiencias positivas para los empleados, en donde las personas puedan obtener lo mejor en cuanto a bienestar, salud y equilibrio vida personal / vida laboral al tiempo que alcancen un óptimo desempeño.